Nutrición durante la quimioterapia: Cómo manejar las náuseas y mantener el peso

La quimioterapia no solo ataca las células cancerosas, sino que también afecta tu cuerpo de formas inesperadas. Muchos pacientes pierden peso, pierden el apetito o sienten náuseas tan fuertes que ni siquiera piensan en comer. Pero lo que comes durante este tiempo no es un detalle menor: es una parte esencial del tratamiento. Mantener una buena nutrición puede ayudarte a terminar tus ciclos de quimioterapia sin interrupciones, evitar infecciones, conservar tu masa muscular y hasta mejorar tu calidad de vida. No se trata de seguir una dieta saludable como la que recomiendan para prevenir el cáncer. Se trata de algo diferente: comer para sobrevivir al tratamiento, no para prevenirlo.

Por qué la nutrición durante la quimioterapia es distinta

Lo que funciona para una persona sana no funciona para alguien en quimioterapia. Mientras que una dieta saludable suele recomendar granos enteros, verduras crudas y alimentos bajos en grasa, los pacientes en tratamiento necesitan lo contrario en muchos casos. Las náuseas, las llagas en la boca, el sabor metálico y la fatiga cambian completamente lo que tu cuerpo puede tolerar. Según las pautas de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) de 2023, los pacientes en quimioterapia necesitan entre 25 y 30 calorías por kilogramo de peso al día. Eso es un 20-30% más que lo que necesita una persona sana. Y en proteínas? Mientras que un adulto promedio necesita 0.8 gramos por kilogramo, tú necesitas entre 1.2 y 2.0 gramos por kilogramo. Eso significa que una persona de 70 kg debe consumir entre 84 y 140 gramos de proteína al día. Sin esa cantidad, tu cuerpo empieza a desgastar tus músculos para obtener energía. Y eso no es algo que puedas permitirte.

Cómo manejar las náuseas con lo que comes

Las náuseas son uno de los efectos secundarios más comunes. El 68% de los pacientes reportan que los olores fuertes los hacen sentir peor. Eso significa que cocinar pescado, cebolla o café puede ser un desafío. La solución no es dejar de comer, sino cambiar cómo y qué comes. Evita los alimentos grasosos, fritos o muy dulces: el 73% de los pacientes notan que estos empeoran las náuseas. En su lugar, elige alimentos secos, fríos o a temperatura ambiente. Una rebanada de pan tostado, galletas saladas, manzanas o melón frío suelen ser más fáciles de tolerar.

Beber líquidos durante las comidas puede llenar tu estómago demasiado rápido y empeorar la sensación de náusea. Mejor bebe entre las comidas: agua, té de jengibre, caldos claros o jugos diluidos. Si el sabor metálico te molesta, usa cubiertos de plástico en lugar de los de metal. Muchos pacientes dicen que esto cambia completamente su experiencia. También prueba chicles de jengibre o caramelos de limón: el 287 pacientes en foros de supervivientes mencionaron que los chicles de jengibre les ayudaron a controlar las náuseas. No es un remedio mágico, pero sí uno que funciona para muchos.

Comer en pequeñas porciones, muchas veces al día

Tratar de comer tres comidas grandes al día cuando te sientes mal es como intentar correr una maratón con un resfriado. En cambio, come cinco o seis veces al día, con porciones pequeñas de 300-400 calorías cada una. Esto reduce la presión en tu estómago y te permite consumir más calorías y proteínas sin sentirte abrumado. No esperes a tener hambre. Si te sientes mejor por la mañana, come tu comida más nutritiva entonces. Si te sientes mejor por la noche, prioriza esa hora. Tu cuerpo no sigue un horario de oficina. Tu dieta tampoco debería.

Algunas opciones fáciles para snacks entre comidas: una cucharada de mantequilla de maní en una rebanada de pan, un vaso de yogur griego entero con miel, un puñado de nueces y pasas, o un batido casero con yogur, plátano, mantequilla de maní y leche entera. Cada uno de estos snacks aporta entre 20 y 30 gramos de proteína. Y eso es lo que necesitas en cada comida, según el Instituto Nacional del Cáncer. No necesitas suplementos caros como Ensure Plus -aunque funcionan- si puedes hacer versiones caseras con alimentos reales. Un batido con 1 taza de yogur griego entero (15g de proteína), 2 cucharadas de mantequilla de maní (8g), y una cucharada de miel (1g) te da casi 25g de proteína por menos de $1.

Lo que debes evitar por seguridad

La quimioterapia debilita tu sistema inmune. Eso significa que lo que para una persona sana es un alimento normal, para ti puede ser un riesgo. Evita carnes crudas o poco cocidas, huevos con yema líquida, quesos blandos no pasteurizados, y cualquier cosa que contenga huevo crudo, como mayonesa casera o aderezo Caesar. Los huevos deben cocinarse hasta que la yema alcance los 71°C. Las frutas y verduras deben lavarse bien, pero no necesitas pelarlas si no tienes llagas en la boca. Si sí las tienes, elige frutas blandas como plátano, melón o manzana cocida.

Algunos pacientes usan suplementos de omega-3, especialmente EPA y DHA, porque ayudan a mejorar el apetito y a ganar peso. Estudios muestran que quienes los toman ganan en promedio 2.3 kg más que quienes no los toman. Pero no los tomes sin hablar con tu equipo médico. Algunos pueden interferir con ciertos medicamentos. Si tu médico lo aprueba, 1 a 2 gramos diarios de EPA/DHA pueden marcar una gran diferencia.

Persona comiendo melón frío con una cuchara de plástico mientras un jengibre sonríe junto a ella.

Qué hacer cuando no puedes comer lo suficiente

No todos pueden comer lo necesario, incluso con los mejores planes. Si después de intentar todas las estrategias sigues perdiendo peso, no te sientas culpable. Eso no significa que no estés haciendo lo correcto. Significa que tu cuerpo está luchando. En esos casos, los suplementos orales de alta densidad calórica (como Juven o Boost) pueden ser necesarios. Algunos hospitales ofrecen estos productos gratis o con descuento. Pregunta a tu enfermera o nutricionista. Si ni siquiera puedes tragar, puede que necesites alimentación por sonda o por vía intravenosa. Esto afecta entre el 15% y el 20% de los pacientes con quimioterapia intensiva. No es un fracaso. Es un ajuste médico necesario.

Consejos prácticos que funcionan en la vida real

Los pacientes que logran mantener su peso y controlar las náuseas usan estrategias simples pero consistentes:

  • Guarda snacks de alta energía en lugares visibles: en la mesa, en el bolso, junto a la cama. Si no los ves, no los comes.
  • Freeza uvas o fresas. Sirven como refrigerio fresco y alivian las llagas en la boca.
  • Prepara y congela porciones de batidos o sopas en porciones individuales. Así no tienes que cocinar cuando no tienes energía.
  • Usa una app como la de “Nutrición durante el tratamiento” del Instituto Nacional del Cáncer. La descargaron más de 42,000 personas en 2023 y tiene una calificación de 4.3 estrellas.
  • Si te cuesta recordar cuánta proteína comes, toma una foto de cada comida. Al final del día, revisa y calcula. Es más fácil de lo que parece.

El apoyo que necesitas no siempre está en la farmacia

La realidad es que solo el 35% de los centros de oncología en comunidades tienen nutricionistas especializados. Pero eso no significa que no puedas conseguir ayuda. La Sociedad Americana contra el Cáncer tiene una línea de ayuda 24/7 que atiende más de 12,000 consultas mensuales sobre nutrición. Su programa “Road to Recovery” conecta pacientes con nutricionistas locales. También puedes pedir una derivación a un dietista registrado con experiencia en oncología. No es un lujo. Es parte del tratamiento. Y cada vez más centros lo están integrando. Mayo Clinic redujo los retrasos en el tratamiento por malnutrición en un 28% en un año solo con un protocolo de nutrición estandarizado.

Paciente en la cama recibiendo un batido de una enfermera, con iconos de alimentos flotando sobre la manta.

Lo que no debes hacer

No intentes perder peso durante la quimioterapia. No te restrinjas en calorías. No te sigas una dieta “detox” o “cetogénica” por recomendación de redes sociales. Las pautas de ESPEN son claras: restringir calorías en pacientes malnutridos aumenta la toxicidad del tratamiento en un 37% y retrasa la recuperación entre 14 y 21 días. Tu objetivo no es ser delgado. Tu objetivo es terminar el tratamiento. El peso que pierdes ahora puede ser el que te impida seguir adelante. Y eso no se recupera fácilmente.

¿Cuánto tiempo tardas en adaptarte?

No esperes que todo funcione desde el primer día. La mayoría de los pacientes necesitan entre 7 y 10 días para acostumbrarse a comer en pequeñas porciones. El 85% lo logran en dos semanas si tienen apoyo. No te desanimes si al principio te cuesta. Prueba una cosa a la vez. Si el yogur te hace sentir mal, prueba el queso crema. Si el batido te da náuseas, prueba un puñado de nueces. El objetivo no es la perfección. Es la constancia. Cada bocado cuenta.

Lo que viene después

La nutrición durante la quimioterapia ya no es un consejo opcional. Es un componente esencial del tratamiento. Estudios muestran que quienes mantienen una buena nutrición tienen un 8-12% más de posibilidades de sobrevivir a ciertos tipos de cáncer. Y reducen en un 31% las posibilidades de que el tratamiento se retrase. En 2028, el 90% de los grandes centros de cáncer tendrán protocolos de nutrición estandarizados. Pero tú no necesitas esperar a que el sistema se adapte. Puedes empezar hoy. Con una rebanada de pan, un batido casero, y la decisión de comer aunque no tengas hambre. Porque cada comida es un paso hacia tu recuperación.

4 Comentarios

  • Jaime Mercant

    Jaime Mercant

    diciembre 1, 2025 AT 15:09

    Este post es un salvavidas. 🙌 Yo lo probé todo: batidos de yogur con plátano y mantequilla de maní, galletas saladas frías, jengibre en chicle... y sí, funcionó. No es glamour, pero sí supervivencia. Cada bocado cuenta, y yo lo viví.

  • Blanca Roman-Luevanos

    Blanca Roman-Luevanos

    diciembre 3, 2025 AT 11:02

    La nutrición durante la quimioterapia... no es una elección, es un acto de resistencia. No se trata de lo que *quieres* comer, sino de lo que tu cuerpo exige para seguir luchando. Y eso, eso es profundo.

  • Gonzalo Pérez

    Gonzalo Pérez

    diciembre 4, 2025 AT 14:22

    Correcto. Según la ESPEN 2023, la ingesta proteica recomendada oscila entre 1.2 y 2.0 g/kg/día. Muchos pacientes subestiman esto. Un adulto de 70 kg necesita entre 84 y 140 g de proteína diaria. Sin eso, se descompone tejido muscular. Es fisiología, no opinión.

  • hernan cortes

    hernan cortes

    diciembre 5, 2025 AT 07:54

    Jajaja claro, y el gobierno te dice que comas batidos caseros... pero quién paga los 200€ al mes de yogur griego y mantequilla de maní orgánica? La industria farmacéutica quiere que creas que comer bien te salva... pero la quimio sigue matando igual. #Realidad

Escribir un comentario