El aceite de semilla de calabaza está ganando espacio en cocinas y botiquines. No es solo un ingrediente para ensaladas; también puede apoyar la salud de la próstata, la piel y el corazón. Aquí te explico de forma clara cómo funciona y cómo elegir el mejor.
Este aceite tiene una buena cantidad de ácidos grasos esenciales, sobre todo ácido linoleico (omega‑6) y ácido oleico (omega‑9). Además, es rico en zinc, fitosteroles y antioxidantes como la vitamina E. El zinc es conocido por su papel en la función prostática y en la piel, mientras que los fitosteroles pueden ayudar a regular el colesterol.
Gracias a esos componentes, el aceite de semilla de calabaza se asocia con una mejor salud del tracto urinario, reducción de inflamaciones y apoyo al sistema inmune. No es un remedio milagroso, pero sí una ayuda extra que puedes incluir sin complicaciones.
Lo más fácil es tomar una cucharada (15 ml) al día. Puedes mezclarla con yogur, batidos o simplemente echarla sobre una ensalada. No lo calientes demasiado, porque a altas temperaturas pierdes gran parte de sus propiedades.
Si nunca lo has probado, comienza con una cucharadita y ve subiendo la dosis según te sientas cómodo. Las personas con alergia a las semillas de calabaza deben evitarlo. También es recomendable no exceder 30 ml diarios, ya que su alto contenido calórico puede sumar calorías innecesarias.
Guárdalo en un frasco oscuro, en la nevera o en un sitio fresco y oscuro. La luz y el calor hacen que se oxide y pierda su sabor y nutrientes. Un buen aceite de semilla de calabaza tiene un aroma suave a nuez; si huele rancio, mejor descártalo.
Al comprar, busca etiquetas que indiquen "prensado en frío" y ausencia de aditivos. Los precios muy bajos pueden ser señal de aceites refinados o mezclados con otros tipos de grasa. Prefiere productos con certificación orgánica o de calidad alimentaria.
En la práctica, el aceite combina bien con vinagre de manzana, mostaza y hierbas frescas para una vinagreta rápida. También puedes usarlo para dar un toque a sopas frías o como topping en purés de verduras.
En resumen, el aceite de semilla de calabaza es una forma sencilla de añadir ácidos grasos y zinc a tu dieta. Úsalo en crudo, respeta la dosis y elige un producto de calidad para sacarle el mayor provecho.