Si te han dicho que tienes insuficiencia renal, lo primero que sientes es miedo. Pero entender la enfermedad y saber qué puedes hacer al día a día ayuda mucho a reducir la ansiedad.
Los riñones pueden fallar por varias razones. La diabetes y la hipertensión son las dos más frecuentes; ambas dañan los vasos sanguíneos del órgano y poco a poco reducen su capacidad de filtrar. Otras causas incluyen enfermedades autoinmunes como el lupus, infecciones prolongadas, exposición a toxinas o medicamentos nefrotóxicos (por ejemplo, algunos antibióticos en dosis altas) y anomalías congénitas.
En muchos casos la insuficiencia renal avanza sin que notes síntomas. Por eso es clave hacerse chequeos regulares si tienes factores de riesgo, como presión alta, glucosa alta o antecedentes familiares de enfermedad renal.
Una vez diagnosticada, el objetivo es retrasar la progresión y aliviar los síntomas. Aquí tienes los puntos clave que puedes aplicar hoy:
Además, la actividad física moderada (30 min al día) mejora la circulación y ayuda a controlar la presión. Si tienes edema (hinchazón), eleva las piernas y reduce la ingesta de sal.
En algunos casos el doctor recomendará diálisis o trasplante, pero la mayoría de los pacientes pueden vivir años con la enfermedad si siguen las indicaciones y mantienen un estilo de vida saludable.
Recuerda que la información médica cambia y cada caso es único. Usa esta guía como punto de partida y habla siempre con tu nefrólogo o médico de cabecera para adaptar los consejos a tu situación.